San Lázaro, patrón de pobres y enfermos

La historia de San Lázaro y oraciones al patrón de los pobres y los enfermos

La resurrección de Lázaro
La resurrección de Lázaro (1855). Juan de Barroeta [Public domain], via Wikimedia Commons

San Lázaro, un santo católico popular de la época medieval, continúa vivo en la devoción de muchas personas, en particular de la comunidad gay mundial y de los seguidores de la tradición yoruba de Cuba, donde se le conoce como "el milagrero". En Cuba, miles de personas llegan a El Rincón cada año a celebrar su fiesta el 17 de diciembre.

¿Quién es San Lázaro?

Existen dos San Lázaros que con el tiempo se convirtieron en uno solo.

Uno de ellos es el personaje de la parábola del rico y Lázaro de Lucas 16:19-31. Su nombre se perpetuó en la Edad Media por palabras tales como lazareto (hospital), lazaron (un mendigo en la calle), y la Orden de San Lázaro, una orden militar que tuvo como uno de sus objetivos el cuidado de los leprosos. Su fiesta es el 21 de junio.

Este personaje bíblico se unió en la mente popular a otro más prominente: Lázaro de Betania, hermano de Marta y María, y sujeto de uno de los grandes milagros de Jesús.

El milagro de la resurrección de San Lázaro

San Lázaro se enfermó a la edad de 30 años, cuando contrajo lepra y murió.

Sus hermanas, María y Martha enviaron un mensaje a Jesús acerca de la condición de Lázaro. Cuando Jesús llegó a Betania, ya Lázaro había muerto hacía cuatro días, y había sido enterrado.

Aunque María y Marta pensaron que ya era demasiado tarde, Jesús se fue a la tumba de Lázaro y comenzó a orar. Cuando terminó su oración, se levantó y dijo: "¡Lázaro, ven fuera!" y Lázaro salió de la tumba.

Jesús había resucitado a Lázaro, quien salió caminando de la tumba. Este milagro se convirtió en otro testimonio del poder de Jesús.

Vida de San Lázaro después de la muerte de Jesús

La tradición popular cuenta que la devoción y la amistad entre Lázaro y Jesús creció. Lázaro se convirtió en profeta y cristiano cuyo testimonio causaba un fuerte impacto en la gente dondequiera que iba.

Lázaro se fue a vivir a Kittim, Chipre, donde se convirtió en el primer obispo del lugar. A la edad de 60 años, murió y fue enterrado en Kittim. Su tumba luego fue trasladada a Constantinopla y algunas historias cuentan que de ahí los templarios lo llevaron a Marsella.

El 23 de noviembre de 1972, se descubrieron restos humanos en un sarcófago de mármol bajo el altar de la iglesia de San Lázaro en Larnaca (nombre moderno de Kittim), y se identificaron como parte de las reliquias del santo.

Oraciones a San Lázaro, patrón de los pobres y los enfermos

"Querido patrón y asistente de los pobres y enfermos, con esta oración te pido ayuda, y con la ayuda del Espíritu Santo, que el Señor siempre me proteja durante una enfermedad o en la salud.
San Lázaro dame la fuerza para superar todas las tentaciones del mundo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo."
***
"¡San Lázaro, amigo de Jesucristo y hermano y protector de los que sufren! Tú que conociste el dolor de la enfermedad y la visita de Jesucristo te devolvió la vida en Betania, acoge benigno nuestras súplicas, cuando imploramos tu ayuda en esta hora de angustia.
Ruega al Padre Eterno para que tengamos una confianza serena y segura en el poder de Jesús.
San Lázaro Milagroso, resucitado por el divino poder de Jesucristo, te rogamos por el triste momento de tu agonía y por la infinita alegría que experimentaste cuando Jesús con aquellas dulces palabras te mandó salir del sepulcro, que intercedas con el Divino Maestro para que por tu mediación nos conceda lo que, confiados, te suplicamos. Amén."
***
(En Cuba)
"Glorioso Patrón de los Pobres, que en tantos tormentos me veo,
con solo llamando tu espíritu me des lo que yo deseo,
y que encuentre que mis males sean remediados con solo decir esta oración:
En el Nombre de San Lázaro,
que los buenos espíritus que me ayuden
y que vengan en mi auxilio,
cuando yo padezca de algún mal
o esté en algún peligro
que me los detengas,
y que a mí no lleguen,
y que esto me sirva de una prueba de vuestra protección para mí
y haced, San Lázaro, que tu espíritu sea mi fe
y todo el que a mi lado estuviere,
y que en ti, patrón,
encuentre la fuerza que necesita mi materia
para poder llevar estas pruebas
de este planeta en que habitamos
y de este camino que hay que pasar,
mandado por Dios, nuestro Padre,
pues en ti pongo mi fe para que me salves de ésta
y me des consuelo a mis grandes males
y que por tu valor tenga otro porvenir mejor a este que tengo,
y que en el nombre de San Lázaro lo espíritus malos se alejen de mí con esta protección;
San Lázaro conmigo y con él;
él delante, yo detrás de él,
para que todos mis males los haga desaparecer,
la Gloria de todos.
Amen."